Son el orgullo nacional. En Kigali , donde las colinas parecen multiplicarse hasta el infinito, España volvió a levantar la voz en un Mundial histórico. Lo hizo gracias a la veteranía de Mavi García , que a sus 41 años consiguió por fin colgarse una medalla en una cita mundialista, y al desparpajo juvenil de Paula Ostiz, que arrasó en la carrera júnior para enfundarse el oro. Dos generaciones, dos estilos, pero un mismo grito: el ciclismo femenino español vive uno de sus momentos más dulces.

La balear llevaba más de una década persiguiendo este sueño. Había acariciado grandes victorias, se había quedado a las puertas en innumerables ocasiones, había sufrido derrotas crueles, pero nunca había rendido las armas. Este 2025, sin embargo, todo parecía alineado. Ganó una etapa en el Tour,

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