Una organización como Naciones Unidas puede lucir ineficiente, una burocracia pesada con logros discretos, pero finalmente, y sobre todo para países como el nuestro -periféricos a los grandes centros de poder- es un foro necesario para tener alguna voz para enfrentar intereses de potencias que los sobrepasan con largueza en poder político, económico y militar. En ese sentido, hacer patria también consiste en considerar las limitaciones de una nación en una esquina distante del globo, con una población pequeña en relación con la de sus vecinos, y un territorio arrinconado y extendido como una cornisa longitudinal siempre susceptible de ser fracturada por alguna catástrofe. Esta condición geográfica inusual fue algo que el propio Presidente Donald Trump notó mirando el mapa y sugiriéndole al

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