Se hicieron virales en redes sociales este verano unas imágenes en las que una pareja de guardias urbanos, de paisano y en moto, se detienen junto a un vehículo en un semáforo de la Via Laietana de Barcelona y alertan al copiloto sobre el riesgo de asomar el reloj por la ventana. Los policías, tras identificarse, insisten al hombre, turista extranjero, que actúe con prudencia.

La pareja de agentes, del grupo de delincuencia urbana, especializados en ladrones multirreincidentes, entendieron que aquel reloj de alta gama que asomaba por la ventana era un reclamo demasiado goloso para los amantes de lo ajeno. Otra cosa es que su actuación gustara más o menos a los responsables políticos de la ciudad, que insisten en reivindicar unas estadísticas que recogen una bajada de prácticamente todas l

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