En la calle de Rivoli, al sureste del jardín de las Tullerías, se percibe un inusual bullicio cuando el sol apenas comienza a despuntar. Son las ocho de la mañana y, frente a las imponentes pirámides de cristal del Louvre -que permaneció cerrado durante toda la mañana del martes-, un grupo de curiosos se había congregado atraído por el misterio de lo que estaba por suceder.

Louis Vuitton era el plato fuerte de esta segunda jornada de la Semana de la moda de París, y su poder de convocatoria, especialmente entre celebridades, uno de los motivos que justificaron el madrugón de sus seguidores. Las actrices Zendaya y Emma Stone eran las más esperadas y probablemente de las más ovacionadas, un dato que quedó corroborado por el estallido de gritos y flashes que llenaron el aire apenas pusieron

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