Pese a que pasaron 15 años de su partida, el nombre de Romina Yan sigue siendo un faro de luz y de nostalgia en el espectáculo argentin o. Su recuerdo viaja de generación en generación, se multiplica en homenajes, en canciones, en maratones de ficciones que ella supo protagonizar y en la dulzura de quienes la amaron de cerca y de lejos. Aquel 28 de septiembre de 2010 la noticia de su muerte , tan repentina como devastadora, detuvo el pulso de todo un país . Pero la historia de Romina fue mucho más que ese final abrupto: es la de una artista que eligió brillar con luz propia, por mérito y por sensibilidad, lejos del peso del apellido famoso y cercana a los sentimientos de varias generaciones de chicos, adolescentes y familias que la hicieron parte de su vida. Cada aniversario
El legado eterno de Romina Yan: 15 años sin su presencia física y una luz que sigue intacta

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