Dr. Fernando Gómez Peralta, coordinador del área de conocimiento de Diabetes en la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

La obesidad y la diabetes tipo 2 siguen siendo dos de los principales retos de salud pública a nivel mundial. Los avances en terapias farmacológicas han demostrado ser efectivos, pero la mayoría de los tratamientos actuales requieren inyecciones , lo que genera barreras de adherencia para muchos pacientes. En este contexto, los nuevos medicamentos orales representan un cambio significativo, combinando eficacia clínica con mayor comodidad y accesibilidad.

En esta entrevista a OKSALUD, el Dr. Peralta analiza los últimos hallazgos sobre Orforglipron (Lilly) , un fármaco oral que ha mostrado resultados prometedores en pérdida de peso, control glucémico y reducción de riesgos cardiovasculares. Además, aborda el impacto de estos avances en la práctica clínica, la potencial mejora en la calidad de vida de los pacientes y la relevancia de ampliar las opciones terapéuticas frente a la obesidad y la diabetes.

Pregunta.- ¿Por qué son tan importantes los avances en tratamientos orales frente a las terapias inyectables que ya existen contra la obesidad?

Respuesta.- Muchas personas rechazan, por una barrera psicológica, las inyecciones. Llegar a este grupo de población aumentaría la penetración de la clase farmacológica GLP1, que ha demostrado importantes beneficios metabólicos, renales y cardiovasculares.

P.- ¿Qué representa para la práctica clínica contar con un fármaco oral que muestre resultados similares o incluso superiores a la semaglutida?

R.- Es importante precisar que el estudio Achieve-3 es un estudio frente a la versión oral de semaglutida, no la inyectable. Sin embargo, la versión oral de semaglutida tiene también restricciones para su administración (debe tomarse al menos 30 minutos antes de la ingesta, solo con agua, etc.) y de acceso. La administración oral sin restricción por alimentación debe traducirse en mayor comodidad y, por tanto, en una mejor adherencia.

El estudio presentado muestra que Orforglipron consigue pérdidas de peso de hasta 8,9 kg en personas con diabetes tipo 2. ¿Qué significa este dato en términos de control glucémico y de reducción de complicaciones?

El resultado equivale a una reducción en el peso del 9,2%, cercana al obtenido por los GLP1 inyectables en esta población. Esto se traduce en protección de la función renal y cardiovascular. Además, implica mejoras relevantes para la calidad de vida en complicaciones mecánicas de la obesidad, como la osteoartritis o la apnea del sueño.

P.- ¿Cómo se comparan estos resultados con los medicamentos actualmente disponibles, como la semaglutida oral?

R.- En este ensayo en personas con diabetes tipo 2, Orforglipron superó en la reducción de HbA1c a ambas dosis de semaglutida oral, incluso en su dosis más baja. La dosis más alta permitió que casi el triple de participantes lograra niveles cercanos a la normalidad frente a la mayor dosis de semaglutida.

Además, el medicamento mostró una pérdida promedio de 12,4 kg en personas con obesidad o sobrepeso y se administra por vía oral una vez al día, lo que potencia su uso como tratamiento clave.

P.- ¿Podemos hablar de un cambio de paradigma en el manejo de la obesidad?

R.- En este estudio se trata de población con diabetes y sobrepeso u obesidad. Existen resultados de otros estudios específicos en obesidad con diabetes con resultados también interesantes, como el presentado la semana pasada en EASD ATTAIN-1.

La prevalencia de obesidad en Europa es del 30% de los adultos y llegará al 40% en 2050 (GBD 2021 Adult BMI Collaborators. Lancet 2025; 405: 813–38). Las implicaciones humanas y económicas son enormes. Sin embargo, existe una gran heterogeneidad en la presentación clínica y en las complicaciones asociadas a la obesidad.

Estos resultados sitúan a Orforglipron como una opción ventajosa para mejorar los resultados en DM2/obesidad y aumentar el acceso y la adherencia en la terapia farmacológica. Además, podría ayudar a reducir los marcadores conocidos de riesgo cardiovascular asociados con la DM2 y apoyar mejoras significativas en la salud pública.

P.- ¿Cuándo cree que podríamos ver disponible este medicamento en la práctica diaria, y qué pasos regulatorios faltan?

R.- Durante el año 2026 deberá presentarse a las agencias reguladoras: la europea (EMA) y la americana (FDA). Esto abrirá la puerta a la negociación de su financiación por los sistemas de salud nacionales.

Finalmente, doctor, ¿cómo ve el futuro del tratamiento de la obesidad y la diabetes en la próxima década con la irrupción de este tipo de medicamentos?

Diferentes opciones de terapia farmacológica son necesarias para adaptarse a los distintos perfiles, la situación evolutiva y las preferencias individuales. Adicionalmente, opciones sostenibles y económicamente accesibles van a ser altamente demandadas para esta enorme y creciente población en todo el mundo.