El argentino Diego Simeone vivió muchas emociones durante la goleada del Atlético de Madrid al Real Madrid en el derbi liguero (5-2). Prueba de ello es la emotiva imagen que dejó tras el golazo de Julián Álvarez de falta, que supuso el cuarto tanto rojiblanco y la sentencia del encuentro.

El técnico rompió a llorar de alegría con ese tanto del delantero argentino, quitándose de encima toda la presión que recayó sobre su figura en un arranque de temporada irregular en resultados.

Simeone no pudo contener la emoción, se llevó las manos a la cara y ocultó las lagrimas que brotaban a la vez que sonreía de felicidad por la imagen imponente de su equipo.

Tras el encuentro, el argentino explicó esas lágrimas: "¿Llorar? Hay muchas emociones dentro del cuerpo. Empezó la temporada complicada y ha

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