Nicolás Córdova respira un poco más tranquilo. Con la sensación de nerviosismo por estrenarse en calidad de anfitrión en el Mundial Sub 20, el entrenador de la Roja juvenil encontró un bálsamo de confianza tras ganar de forma agónica contra Nueva Zelanda.
Los goles de Lautaro Millán (53′) e Ian Garguez (90′+6′) le devolvieron el alma a un director técnico que le costó arrancar en un Estadio Nacional colmado con más de 40 mil espectadores. El mismo Córdova reconoció las dudas que presentó en el reducto de Ñuñoa.
“Fue muy duro. Es un equipo súper físico. Sabíamos que iban a cerrar mucho los espacios en el medio. Pusimos los dos interiores más de juego, Lautaro (Millán) y Agustín (Arce), pero nos costó encontrarlos. Cerraban muy bien. También obviamente pesa el debut, la ansiedad y todo lo