La primera mujer en llegar a presidencia, con una popularidad de casi el 80%, impone en su primer año un estilo reflexivo pero firme para encarar desde los problemas de violencia y corrupción hasta las amenazas de Trump

Los días en Palacio Nacional empiezan antes de que salga el sol. Al filo de las seis de la mañana, Claudia Sheinbaum se cuadra ante su guardia presidencial. Saluda con el protocolario gesto militar y sigue caminando por los solemnes pasillos de techos altos que separan su estancia personal de la sala donde tiene la primera reunión de la mañana con la cúpula del Ejército y su gabinete de Seguridad. Luego, se trasladará a otro de los salones del edificio colonial para su rueda de prensa matutina y durante el resto del día puede llegar a juntar más de 10 reuniones. Hasta ah

See Full Page