La modificación del Sistema General de Participaciones impone un reguero de reformas tributarias para poder pagar lo que la ensoñación de congresistas, gobernadores y alcaldes consideran deseable

Al cocinar una sopa para la familia, hay que tener cuidado en no confundir la caja del caldo de pollo con el frasco del ácido sulfúrico. El primero nutre, el segundo es extremadamente corrosivo, extrae el agua de las células y causa necrosis. No es la receta de un almuerzo familiar.

El acto legislativo que modificó el Sistema General de Participaciones exigió aprobar una Ley de Competencias que defina los gastos que se asignarán a departamentos y municipios, por unas generosas transferencias de recursos a lo largo de los próximos 12 años.

Es como estar de nuevo en 1991, en el momento de escribi

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