**Misterio y crimen: Músicos colombianos hallados sin vida**

El hallazgo de los cuerpos de los músicos colombianos B-King y Regio Clown en Cocotitlán, Estado de México, ha desatado una ola de inquietud sobre la conexión entre la industria musical y el crimen organizado. Los artistas, identificados como Bayron Sánchez Salazar y Juan Luis Herrera, desaparecieron el 16 de septiembre de 2025 en la Ciudad de México. Sus cuerpos desmembrados fueron encontrados días después, acompañados de un narcomensaje que los acusaba de "chapulines" y traición, términos que en el ámbito criminal mexicano implican graves consecuencias.

La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ha confirmado que los cuerpos presentan características físicas compatibles con los músicos, aunque la identificación genética aún no ha sido oficialmente corroborada. El mensaje, firmado por La Familia Michoacana, sugiere que los músicos habrían traicionado a este grupo delictivo al colaborar con rivales. David Saucedo, consultor en seguridad y narcotráfico, explicó que el término "chapulines" se traduce en una sentencia de muerte en el mundo criminal.

Las investigaciones apuntan a un posible negocio fallido relacionado con el narcotráfico. Según el periodista Antonio Nieto, el narcomensaje podría ser un distractor, sugiriendo que La Unión Tepito podría estar realmente detrás del crimen. Dos figuras clave de esta organización, apodadas "El Manzanas" y "El Elvis", están siendo investigadas. "El Elvis", identificado como Alberto Fuentes Castro, tiene una orden de aprehensión por homicidio, mientras que "El Manzanas" está vinculado a operaciones de tráfico de drogas.

Los últimos movimientos de las víctimas refuerzan la hipótesis de un negocio que salió mal. El día de su desaparición, Regio Clown informó a su pareja que asistiría a una comida con varias personas, incluyendo a alguien apodado "El Comandante". Ambos músicos fueron vistos abordando un Mercedes Benz en Polanco, haciendo una parada en Iztapalapa antes de dirigirse al Estado de México, donde se les perdió el rastro. La fiscal Bertha María Alcalde Luján confirmó que se dirigieron a esa zona de manera voluntaria.

Este caso pone de relieve la peligrosa intersección entre la música y el crimen organizado en México. Saucedo advierte que la contratación de artistas para eventos privados a menudo está controlada por mafias, y algunos músicos terminan involucrados en el tráfico de drogas. La industria musical también puede ser utilizada para el lavado de dinero. La ejecución de músicos por parte de organizaciones criminales no es un fenómeno nuevo en el país, y la violencia en este sector ha sido documentada en múltiples ocasiones.

La Familia Michoacana, inicialmente señalada como responsable, ha sido sancionada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por tráfico de drogas y violencia extrema. Sin embargo, la posibilidad de que el mensaje fuera una cortina de humo mantiene abiertas las líneas de investigación sobre La Unión Tepito, lo que sugiere que el caso podría tener más complicaciones de las inicialmente previstas.