Las torturas y asesinatos de las tres jóvenes en La Matanza es la fotografía perfecta de un lugar que está bajo el comando peronista desde siempre. Siempre gobiernan ellos, los punteros son de ellos y los delincuentes importantes negocian con ellos. La policía también está enredada en ese círculo del infierno. A esto hay que sumarle que el gobierno de la provincia es casi siempre peronista y ahí está la resultante de decadencia moral que se ha instalado en esos lugares de político ricos y ciudadanos que deben vivir en un infierno donde las reglas las ponen delincuentes crueles y analfabetos.
Cuando el poder político se dispone a enfrentarse a las mafias sufre las consecuencias, como le pasó a María Eugenia Vidal que tuvo que vivir un tiempo en una base militar. Gente como Kicillof, Espi