“Yo era muy llorona en una época, te juro, a veces entraba Julio a mi oficina y me veía sentada en un rincón llorando. ¡Es que no teníamos plata! Y de repente me llamaban del puerto y me decían que estaban pidiendo coimas para descargar una mudanza, y yo necesitaba entregar las cosas para poder cobrar y pagar sueldos”. Por primera vez en más de una hora y media de conversación, Marcela Prado no me mira a los ojos. Su mirada se fija un poco hacia arriba y ligeramente a la derecha.

No intento captar su atención.

Asombra haber llegado a un punto en el que esa mujer, que parece hecha para llevarse el mundo por delante, se queda en silencio.

Marcela Prado es rosarina y dirige la empresa de logística internacional que ella misma fundó, AB Group Shipping. Su oficina está en Doral, la ciudad má

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