El sábado fue un día gris en Puerto Madryn, al conocerse la triste noticia del fallecimiento de Eduardo Otier, más conocido por todos como "Nito".
Su amor por la fotografía fue su sello distintivo: supo capturar como pocos los paisajes y la fauna de toda la provincia, desde las costas atlánticas hasta la meseta y los rincones de la cordillera.
En los últimos años, unió dos pasiones: la fotografía y su nieto, joven promesa del básquet. Por eso, después de cada partido, muchos esperaban las imágenes de Nito, que lograba inmortalizar esos momentos con su cámara y su mirada única.
Era habitué de Barbarians, donde compartía café y charlas con amigos. Su ritual, sencillo pero innegociable, consistía en un cortado en jarrito, una buena conversación y el diario El Chubut desplegado sobre l