Durante años, me he cepillado los dientes con demasiado afán, como si estuviera quitando percebes del casco de un barco.

Exagero porque quiero evitar las caries o, peor aún, una temida endodoncia. Pero resulta que mis encías están pagando el precio de mi cepillado entusiasta.

Según dijo Joseph Fiorellini, catedrático de Periodoncia de la Facultad de Odontología de Pennsylvania, aunque seamos bastante diligentes en el cuidado de los dientes, a menudo damos por sentada la salud de nuestras encías. Eso puede incluir cepillarse demasiado fuerte.

Nuestra negligencia tiene consecuencias. El 42 por ciento de los adultos estadounidenses mayores de 30 años muestran signos de enfermedad de las encías. Esta infección de los tejidos que rodean los dientes puede provocar la pérdida de hueso o diente

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