El estreno de la “ Demon Slayer: Infiinty Castle ” (“Demon Slayer: Castillo Infinito”), se ha consolidado como un éxito rotundo en las salas de cine, no solo en Latinoamérica, sino también en Estados Unidos y España. Este logro confirma que el anime — creación originaria de Japón —, ha dejado de ser un fenómeno limitado a un público específico para convertirse en una tendencia de alcance global.

Sin embargo, el fenómeno del anime no es nuevo: su impacto en Latinoamérica comenzó con la enorme popularidad de Dragon Ball Z en la década de 1990. Hoy en día, producciones como Demon Slayer mantienen viva esa fiebre, incluso encabezando los listados de lo más visto en plataformas de streaming como Netflix.

Por eso, con el reciente estreno de la película en cines, varios fanáticos identific

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