En el complejo tablero geopolítico de Asia, la capacidad de disuasión nuclear lo es todo. Por eso la India ha puesto toda la carne en el asador para consolidar su tríada atómica, garantizando una respuesta devastadora ante un hipotético primer ataque. Este pilar de su defensa, conocido como la capacidad de segundo ataque , se ha convertido en una prioridad absoluta para Nueva Delhi. Esta estrategia se fundamenta en la comprensión de las terribles consecuencias de un conflicto atómico, un escenario que ilustra a la perfección .

De hecho, la pieza clave de esta doctrina reside en una plataforma que sea virtualmente indetectable, capaz de permanecer oculta durante meses en las profundidades del océano. La idea es contar con una base de lanzamiento móvil e invisible desde la que ejecutar

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