El cierre de la Comic-Con Málaga 2025 llegó media hora tarde de lo esperado pero tuvo un momento digno de fotograma de película: Juan Antonio Bayona subió al escenario del Hall M, abarrotado de fans armados con cuadernos, móviles y pósters, como si fueran aventureros entregando reliquias a un maestro del cine fantástico. Entre aplausos y vítores, que anteriormente habían sido quejas por la tardanza, el director español se convirtió en el jefe final de una convención que, durante todo el día, había sido un auténtico festival de emociones, colas, referencias pop, colapso de zonas del Palacio de Ferias y Congresos.
La proyección de su carrera comenzó como un viaje por un multiverso visual: desde El orfanato , esa ópera prima que muchos consideran un hechizo cinematográfico de madurez s