“Fue mucha casualidad”, dice Luciano Caneo al comenzar a contar su historia. Son las nueve de la noche en un pueblito cerca de Hamburgo y el silencio es casi total. De rato en rato se escucha el relincho de un caballo y las pisadas de aplomo que son una marca registrada de estos animales.
Como dice Luciano: “En Europa se respira caballo todo el tiempo” , e incluso el establo está en el mismo lugar donde viven jinetes y entrenadores. Así, cada vez que abre la ventana ve la pista, los piquetes y los animales, a los que cuida, alimenta y entrena para la alta competencia.
Luciano es comodorense , tiene 29 años y es jinete rider de un gran hara alemán al que llegó este año, luego de una larga carrera llena de sacrificios y trabajo, pero con un objetivo concreto: aprender y llegar a s