La arquitectura de las estaciones de metro en el mundo entero refleja la identidad cultural y el espíritu de las ciudades donde se encuentran. En lugares como Moscú o San Petersburgo, los andenes subterráneos fueron concebidos casi como “palacios para el pueblo”, con lámparas de araña, mármoles y murales que exaltan la historia y el orgullo nacional.
En los últimos años, muchas estaciones han apostado por un diseño que combina arte contemporáneo, sostenibilidad y experiencia sensorial. Ciudades como Seúl, Singapur o Dubái incorporan tecnología de vanguardia, iluminación dinámica, materiales reciclables y espacios amplios que buscan reducir la sensación de encierro. Algunas estaciones incluso integran museos, exposiciones permanentes o instalaciones interactivas, convirtiendo el trayect