
Lo que parecía un tranquilo viaje en tren desde Valencia a Barcelona se convirtió en una experiencia que Marc Gelabert y Carlos Rous no olvidarán fácilmente. Estos dos jóvenes mallorquines, profesionales del marketing y responsables de la empresa Visual Arts en Palma, se vieron obligados a actuar ante una escena que nadie debería presenciar: un hombre acosaba de forma reiterada a varias pasajeras dentro del vagón .
El individuo, un ciudadano de nacionalidad marroquí de 28 años con múltiples antecedentes, se movía por el tren incomodando a mujeres de todas las edades, sin distinguir si eran adolescentes, jóvenes o mayores. «Vimos cómo se sentaba junto a una chica extranjera, se levantaba la camiseta y se tocaba la barriga de manera obscena. Cuando empezó a tocarla sin su consentimiento , supimos que teníamos que intervenir», relata Marc, aún con la tensión grabada en la voz.
La situación se tornó más violenta cuando, ante el requerimiento de una revisora que le pidió abandonar el asiento, el hombre comenzó a gritar que portaba un cuchillo y amenazó con matar a los presentes. Aseguraba incluso haber estado en prisión por apuñalamientos en Barcelona. Fue entonces cuando Carlos y Marc decidieron actuar sin pensarlo dos veces.
«Nos abalanzamos sobre él. Lo sujetamos en el suelo y le dijimos: ‘Relájate y te soltamos. Te voy a romper el brazo si no paras’. Solo queríamos inmovilizarlo hasta que llegara ayuda», explica Carlos, quien afirma que actuaron movidos únicamente por la necesidad de proteger al resto de los pasajeros.
La escena fue grabada por una pasajera y, en cuestión de horas, el vídeo se hizo viral en redes sociales. Muchos pensaron que eran policías de paisano por la contundencia y seguridad de su intervención. Sin embargo, ninguno de los dos tiene formación policial: su reacción fue puramente instintiva, basada en el rechazo frontal a la violencia y el abuso.
«Lo hicimos porque no podíamos quedarnos de brazos cruzados », coinciden ambos, ya de vuelta en Palma y aún asimilando la repercusión de su gesto. No se consideran héroes, pero saben que su intervención evitó que la situación escalara en algo mucho más grave.
Mientras tanto, el detenido fue entregado a las autoridades y se enfrenta ahora a nuevas acusaciones que podrían sumarse a su historial delictivo. El episodio ha reabierto el debate sobre la seguridad en el transporte público y la necesidad de contar con protocolos más eficaces ante este tipo de situaciones. En medio de todo, la historia de Carlos y Marc deja un mensaje claro: la valentía y el compromiso ciudadano también viajan en tren.