La Luz del Mundo se fundó hace casi un siglo cuando, en abril de 1926, Eusebio Joaquín González tuvo una Epifanía en Jalisco: Dios le designó la presunta tarea de restaurar la Iglesia primitiva del siglo I Después de Cristo, aquella de los años del imperio romano.
El Gobierno mexicano, sin embargo, tenía otra visión: en 1982, al final del sexenio de José López Portillo, la catalogó como una secta religiosa, al igual que a los Testigos de Jehová y la Adoración Nocturna Mexicana, según un documento de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), extinta agencia de inteligencia del Estado, consultado en el Archivo General de la Nación.
A lo largo de toda la década de los 80, la DFS, que también se encargaba de espiar a opositores políticos y a narcotraficantes, llevó a cabo un seguimiento detal