NUEVA YORK (Por Callie Holtermann y Vincent Alban para “The New York Times”).— Mientras Naomi Osaka luchaba en Queens en su partido de cuartos de final del Abierto de Estados Unidos, una artista llamada Kerin Rose Gold se encontraba en una galería del Bajo Manhattan y revisaba ansiosamente el marcador en su teléfono.
Osaka desató una serie de exigentes golpes de fondo para ganar el primer set y luego se estancó hasta empatar en el segundo. Cuando la estrella del tenis consiguió una ventaja de 3 a 1 en el desempate decisivo, Gold corrió a su estudio.
Tenía lo que podría llamarse una emergencia de pedrería. Necesitaba incrustar “unos cuantos miles” de cristales en una figurita de duende de 13 centímetros y tenía menos de 24 horas para hacerlo.
Gold, de 42 años de edad, es la artista que e