La vida de la joven Sara Agrella cambió para siempre hace tres años. Esta tinerfeña sufrió una lesión medular que ha derivado en una discapacidad del 70%. Aunque antes del incidente no dependiera de nadie, en los últimos meses ha visto como su actividad diaria se reducía notablemente hasta el punto de que ha dejado incluso de coger el transporte público «para evitar estar pidiendo favores a la gente».
Para lograr una mayor autonomía , la joven necesita primero encontrar un nuevo mejor amigo, es decir, un perro de servicio que le eche una pata en tareas como abrir o cerrar puertas, tirar de la silla de ruedas o quitarse la chaqueta. Sin embargo, hallar al compañero perfecto en el Archipiélago puede ser un proceso muy tedioso, no solo por su alto coste económico o por los años de