Una noche memorable en la alta sociedad, para recordar. Madrid brilló con una luz especial en la velada en que Maite Arias y Sergio San Juan abrieron, por primera vez, las puertas de su nueva residencia. Un hogar concebido como refugio y escenario, donde la belleza del espacio y la calidez de los anfitriones se dieron la mano en una noche que quedará en la memoria de la alta sociedad madrileña.

Más de 50 invitados del más alto nivel acudieron a la cita donde la casa arropó sin aparente esfuerzo la elegancia y saber hacer de toda la vida. No es fácil dar una primera fiesta en una casa que todavía no ha sido preparada del todo y sin embargo muchos de los que asistieron me contaron que habían vivido una noche memorable . Maite incluso se sorprendía de que después de tantas y tantas fiestas, ésta hubiera sido más especial que ninguna otra.

Mi señorísima hermana y un servidor cruzamos de avión en avión media España para poder llegar a tiempo . Imposible, las colas para tomar un coche en Barajas acabaron rematando la faena y mi fiesta de cumpleaños. En fin, los Mercer Palou de toda la vida, siguiendo el código de vestimenta impuesto, cóctel para las señoras y traje oscuro para los señores, con corbata. Nos presentamos en la casa y estaba ya todo recogido . Aun así, el matrimonio anfitrión nos acogió con todo el cariño del mundo y soplamos las velas: Maite cumplió el 28 y yo el 25, así que soplamos entremedias.

velada madrid

Nos une una muy buena amistad, de años, en la que poco a poco he ido descubriendo no sólo a la mujer elegante e inteligente, capaz de manejar la alta moda como pocos en el mundo saben hacerlo. Es bilbaína de origen, su belleza la llevó a trabajar con Pertegaz como modelo de cabina, o de la casa, regentó durante años el lugar más divertido de las Vascongadas y llegó a su pasión, la moda de verdad, la que se vende a unos precios altos porque cada pieza es una pequeña obra de arte. De arte sabe y se ha demostrado una vez más cuando por fin pudimos admirar el sentido del humor que impregnaba cada rincón.

La mesa de comedor está custodiada por un magnífico y enorme cuadro obra de Dani Fuster , a la izquierda una barra marmórea color hueso de medio circulo, un donut para servir copas obviamente, presidida por un óleo de la señora entre romántico y rebelde. Hoy quien se retrata es un outsider . Esos dos cuadros de buena calidad son los que marcan la pauta al resto de la estancia, tan clásica y rebelde al mismo tiempo. Colores suaves y nuestro Madrid cantando sus calles.

La casa, situada en uno de los enclaves más distinguidos de la capital, fue el marco perfecto para una fiesta que rezumaba elegancia en cada rincón. Una cuidada decoración, flores pocas, velas también pocas, para que no se cargara el ambiente titilando, y piezas de arte seleccionadas con exquisito criterio envolvían a los invitados en un ambiente de sofisticación íntima. Ya les he dicho que estaba la crema de la buena sociedad. Aristócratas, banqueros, abogados y muchas de las personas que siguen formando y creando la historia de España. Petra Mateos, José María Mohedano, Juan Nadal, el conde de Retamoso, Álvaro Marañón con Mercedes de Valenzuela, Marina Castaño, los Fierro March, Koki Font, Ángeles Penella de Álvarez,  etc.

El cóctel, servido con impecable discreción, resultó delicioso y se elaboró en las cocinas de la casa. Donde siempre se come de lo bueno lo mejor, esta vez ofrecía bocados delicados que maridaban con champán frío en copas que nunca se vaciaban. La música suave , aportando un ritmo también suave, acompañaba las conversaciones brillantes de salón, salpicadas de confidencias y risas ligeras . Nada me gusta más que contemplar a esas personas, a muchas de las cuales quiero y admiro, mientras se mueven copa en mano para disfrutar de los suyos, sin poses ni vanidades absurdas. Y sin embargo, la clase se ve, se nota en cada gesto. Son nombres imprescindibles de la vida empresarial, cultural y social de Madrid: damas impecablemente ataviadas y caballeros de porte distinguido, que se mueven con la naturalidad de quienes saben estar siempre en el lugar adecuado. Mamen Spínola es un muy buen ejemplo del estar sin renunciar a esa timidez que la hace tan encantadora.

El momento culminante llegó cuando Maite y Sergio, visiblemente emocionados, dedicaron unas palabras de gratitud a sus amigos , brindando por un futuro que comienza bajo el signo de la ilusión compartida. El aplauso fue cálido, sincero, casi íntimo, como el espíritu de la noche.

La velada se prolongó hasta bien entrada la madrugada, con esa magia que sólo las grandes ocasiones poseen: cuando el tiempo parece detenerse y todo es celebración, belleza y compañía. Madrid, una vez más, se rindió a la elegancia. Y ya verán qué elegancia llega a la capital dispuesta a disfrutarla. Hoy Madrid es todo y más. Y que gente más guapa llena sus tabernas, restaurantes y baretos . Qué suerte tenerla y poder disfrutarla. No he podido dejar de amarla.

Por cierto, Maite eligió para la ocasión look blanco y negro con plumas en las mangas. Blanco y negro es una combinación clásica, de alto contraste: transmite elegancia, sofisticación y atemporalidad. Usar blanco y negro suele ser seguro para destacar formas, líneas y detalles del diseño sin que el color distraiga demasiado . Las plumas agregan volumen, movimiento, textura dramática . En las mangas funcionan como un acento visual que alarga o da protagonismo al brazo y añade un toque teatral o de alta moda, un balance entre sobriedad y extravagancia: la base sobria del blanco y negro sirve de escenario neutro para que el detalle de plumas resalte sin que se pierda en un exceso de detalle.

Y mientras la fiesta transcurría los Mercer Palou recorríamos aeropuertos con looks que asombraban porque estábamos fuera de contexto. Àngels en lurex rosa palote que al combinarse con brillo equilibra lo dulce con lo llamativo y puede moverse entre lo glam, lo festivo o incluso lo vanguardista.

Alguien me contó que dos buenas amigas, Ágatha Ruiz de la Prada y Carmen Lomana, se pasaron buena parte de la velada sentadas en un delicioso canapé, sin parar de reírse y hablar.