Este 27 de septiembre se conoció que la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos habría ocultado información relevante sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Las comunicaciones fueron interceptadas desde Chicago entre miembros del cártel Guerreros Unidos y autoridades locales de Iguala, Guerrero, durante los días del ataque.

La información, obtenida mediante vigilancia judicial a teléfonos Blackberry, no fue entregada a los investigadores mexicanos sino años después, según el Archivo de Seguridad Nacional con sede en Washington.

Interceptaciones y red de corrupción

Las investigaciones de la DEA revelaron que Guerreros Unidos operaba una red de tráfico de drogas hacia Chicago y retorno de dinero hacia México, utilizando autobuses de pasajeros.

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