Bajar de peso suele ser uno de los objetivos más comunes, pero muchas veces los intentos fracasan por errores que se repiten. Uno de los más frecuentes es eliminar grupos completos de alimentos, como los carbohidratos, sin considerar que son fuente de energía y nutrientes esenciales.
Otro error habitual es recurrir a dietas extremas o restrictivas, que pueden provocar efecto rebote y dañar la relación con la comida. También es común sobreestimar el gasto calórico del ejercicio y compensarlo comiendo de más. La obsesión por los productos “light” es otro tropiezo, pues bajos en calorías no significa automáticamente saludables.
Además, muchas personas subestiman las calorías líquidas en jugos, alcohol o cafés azucarados. Finalmente, uno de los fallos más grandes es querer resultados rápidos