Resulta indignante que, mientras en Tuluá los discursos oficiales hablan de progreso, inversión y modernización, los habitantes de Villa Campestre sigan atrapados en una realidad que raya en el abandono. No se entiende cómo en un sector de estrato alto, donde los residentes pagan los impuestos más elevados, las calles parecen escenarios de guerra: huecos, polvo, y deterioro por donde se mire…¡Qué tristeza!
La comunidad ha levantado su voz en reiteradas ocasiones , pero las autoridades locales parecen sordas y cómodas en su indiferencia. ¿De qué sirve pagar puntualmente tributos costosos si los recursos no regresan en forma de obras, mantenimiento y bienestar? Este es el mejor ejemplo de cómo se castiga al ciudadano cumplidor y se premia la desidia administrativa… ¿Hasta cuándo tendrán q