Por el lado del departamento, el informe reconoce que hay disciplina en el manejo del presupuesto y que la deuda está bajo control. Sin embargo, la gran debilidad sigue siendo la misma de hace años: el Tolima depende demasiado de las transferencias que llegan del gobierno nacional. Dicho de otro modo, el departamento recauda poco por sí mismo y eso lo hace vulnerable. Sin ingresos propios fuertes, los proyectos estratégicos —como mejorar la conectividad vial, impulsar la agroindustria o fortalecer la educación— terminan dependiendo de la voluntad del gobierno central. Esto explica la reciente solicitud de la gobernadora del Tolima.
En el caso de Ibagué, la situación es parecida. La ciudad cumple con sus obligaciones y mantiene a raya su endeudamiento (aunque cada vez se acerca más al tope