**Triple crimen: "Pequeño J" y su banda bajo la lupa** El caso del triple crimen de tres jóvenes en Florencio Varela ha tomado un giro alarmante. Constanza Lamarque, perfiladora criminal, afirmó que "Pequeño J. es igual de descartable que sus víctimas". Esta declaración se produce en medio de la investigación sobre el asesinato de Lara Gutiérrez (15), Brenda del Castillo (20) y Morena Verdi (20), quienes fueron torturadas y asesinadas. Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido como "Pequeño J", es el principal sospechoso. Sin embargo, su identidad ha generado controversia. Leonel del Castillo, padre de una de las víctimas, cuestionó la existencia del apodo, sugiriendo que podría ser un invento. "No existe el 'Pequeño J'. ¿Pidieron un antecedente penal de 'Pequeño J'? Es un sobrenombre", declaró. A pesar de las dudas, fuentes oficiales confirmaron que hay una orden de captura nacional e internacional contra Valverde Victoriano, respaldada por jueces y fiscales. El ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, defendió la legitimidad de la alerta roja de Interpol, afirmando que "para que un juez pida una captura internacional, la investigación debe ser sólida". Además de "Pequeño J", se busca a Matías Agustín Ozorio, quien también estaría involucrado en los asesinatos. Alonso reveló que hay otros cuatro prófugos en la causa, mientras que seis personas ya han sido detenidas. El ministro explicó que la banda operaba desde la Villa 1-11-14 y la Villa Zavaleta, con una red de distribución de drogas en el Conurbano bonaerense. La casa donde se encontraron los cuerpos no era un punto de venta, sino un lugar de encuentro para la venta de estupefacientes. Alonso también mencionó que la organización de "Pequeño J" está vinculada a Marco Antonio González, alias "Marcos", quien, a pesar de estar en Perú, mantiene influencia en Argentina. La banda se dedicaba a la comercialización de "Tusi", una droga conocida como "cocaína rosa". El caso ha revelado un contexto de violencia extrema, donde los "narco femicidios" parecen ser un mensaje de control territorial. Las víctimas, según Alonso, tenían vínculos con la organización, aunque no se especificó la naturaleza de estas relaciones. Las comunicaciones y los registros telefónicos complican la situación judicial de los detenidos, ubicándolos en el lugar y momento de los crímenes. La investigación continúa, y las autoridades están decididas a esclarecer este trágico suceso que ha conmocionado a la sociedad.