La inventiva de Alfonso Romero –quien, curiosamente, no ha sido hasta ahora reclamado ni por el Real ni por la Zarzuela–, ha fructificado en un espectáculo ingenioso, bien lubricado, animado, contrastado y divertido. Ni corto ni perezoso el regista ha decidido unir dos obras distintas salidas de la inspiración de Barbieri: la zarzuela cómica de Francisco Camprodón «El vizconde», estrenada el 1 de diciembre de 1855, y el entremés lírico-cómico de Antonio Hurtado «Gato por liebre» (21 de junio de 1856); ambos en el Teatro del Circo de Madrid.

Las escenas de una y otro se alternan, lo que en principio puede causar perplejidad y alguna que otra confusión, aunque poco a poco las cosas se van viendo más claras. Brevedad, crítica social, lenguaje popular y vivaz, travestismo son elementos de amb

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