En tiempos de incertidumbre, cuando la geopolítica parece marcada por tensiones crecientes y la ciudadanía percibe la lejanía de los grandes foros internacionales, la figura del cónsul cobra un valor especial.

Como cónsul honorario de Bélgica en Cádiz y presidente de la Asociación Consular de Cádiz y Ceuta, he vivido de cerca el papel esencial que desempeñamos los cónsules en tiempos de transformación. Nuestra labor va mucho más allá del apoyo consular en trámites cotidianos para nuestros ciudadanos; también somos puentes activos entre países en los ámbitos cultural, económico e institucional.

En un mundo cada vez más complejo, la figura del cónsul se reafirma como un canal directo y eficaz para fortalecer las relaciones internacionales desde lo local. Desde la atención a ciudadanos de n

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