Como sociedad necesitamos comprender que la longevidad no es una amenaza, sino una conquista. Pero ese triunfo nos exige rediseñar la vida en común. Envejecer más años debe significar también envejecer mejor, con dignidad, compañía y sentido
¿Cuándo empieza la vejez ? ¿El día en que alguien nos llama “señora” —o “señor”—? ¿Cuando el espejo nos devuelve una arruga inesperada, o cuando el cuerpo reclama con un cansancio distinto? ¿Es cuando nos jubilamos y la sociedad parece retirarnos del centro de la vida activa? ¿O es, más bien, un estado del alma?
Desde Cicerón , que en De senectute reivindicó la vejez como etapa de libertad interior, hasta Simone de Beauvoir , que la denunció como la gran invisibilizada de la modernidad, la filosofía no ha dejado de preguntarse por ella. Y hoy