Una filtración de documentos rusos ha destapado que Moscú está proveyendo a China de equipamiento y tecnología militar, un material que podría resultar clave en una hipotética invasión de Taiwán . La información, revelada por el grupo de piratas informáticos «Black Moon», saca a la luz un acuerdo de cooperación que trasciende la simple transacción comercial para convertirse en una alianza estratégica de profundas implicaciones geopolíticas en el tablero mundial.

De hecho, entre el material pactado se encuentran sistemas de paracaidismo de gran altitud, conocidos como Dalnolyot, así como vehículos de asalto anfibios y blindados para el transporte de personal. El coste total de estos sistemas, según se desprende de la documentación interceptada, supera los 210 millones de dólares. Pekín

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