Sudán las manos, sienten un nudo en el estómago y su respiración se acelera. El ruido agudo de la fresa, la máscara del profesional, la silla reclinándose hacia atrás y el recuerdo de procedimientos anteriores pueden activar una fuerte respuesta de ansiedad. Este miedo, conocido como dentofobia, no solo provoca que los pacientes eviten sus controles regulares, sino que también retrasa diagnósticos y tratamientos, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades orales graves.

Las causas pueden ir desde experiencias traumáticas pasadas, miedo al dolor y a las agujas, hasta la sensación de falta de control durante la consulta. Para algunas personas acudir al odontólogo es una experiencia que genera tensión desde antes de entrar al consultorio, afecta a millones de personas en el mundo y se

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