Mantener la casa libre de polvo no es tarea sencilla. Aunque se limpie con frecuencia, este se acumula una y otra vez en rincones, muebles y, sobre todo, en aquellos objetos que requieren cuidados especiales.

Entre ellos se destacan los ramos secos, las flores preservadas y las lámparas frágiles, piezas decorativas que, por su delicadeza, no resisten el uso de un paño o de productos tradicionales de limpieza.

El desafío de limpiar objetos frágiles

A diferencia de superficies duras como mesas o estantes, los ramos secos y las flores preservadas pueden romperse fácilmente al contacto. Además, si se usan líquidos o aerosoles comunes, corren el riesgo de mancharse o perder su forma original. Por eso, muchos optan por dejarlos tal cual están, aunque acumulen polvo con el tiempo.

Sin embargo

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