Por

JORGE

SÁNCHEZ VARGAS

Desde hace 51 años, el Concurso Nacional de Bandas Musicales en Paipa, ha demostrado que el verdadero presupuesto de la cultura no está en los bolsillos, sino en el corazón de quienes, con pasión y terquedad, se niegan a dejar morir la tradición bandística de Colombia, heredada de un grupo de entusiastas querendones de su tierra.

Lo que en sus orígenes fue un salvavidas departamental para aquellas entrañables bandas de pueblo, formadas por octogenarios “chupacobres”, que aprendieron más de oído que de partituras, hoy es una celebración vibrante donde la juventud se toma la batuta.

Jóvenes que descubren en los clarinetes, saxofones, flautas trompetas y tambores no solo un pasatiempo, sino una escuela de disciplina, amistad y, sobre todo, una certeza: que el amo

See Full Page