Por Ricardo Sánchez Serra
La igualdad y el respeto a los derechos esenciales de sus ciudadanos son, para los países democráticos, valores supremos. A ellos se suma la participación activa en la escena mundial y el respeto al orden internacional, pilares que sostienen la convivencia entre naciones. En ese escenario global, es menester tener presente todas las variables que lo conforman, sin exclusiones ni distorsiones.
Taiwán, cuyo nombre oficial es República de China, ha demostrado -a pesar de las dificultades externas- ser un firme defensor de la democracia y la libertad. Su vocación pacífica y su compromiso con los valores universales lo convierten en un actor clave y socio indispensable en la región del Indo-Pacífico, trabajando incansablemente por la paz, la estabilidad y la prosperi