SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — Cuando el huracán María azotó Puerto Rico en septiembre de 2017, Marena Pérez y Aureo Andino se refugiaron en su estudio de ballet. La pareja nunca imaginó que ellos, su hija y los padres de Pérez vivirían allí durante tres meses, durmiendo en sofás cama y dependiendo de un generador de gas.
El huracán de categoría cuatro inundó la casa de Pérez y Andino con cuatro pies (1,22 metros) de agua. Incapaces de regresar a su hogar, los fundadores y directores de Mauro Ballet decidieron abrir sus puertas a la comunidad, impartiendo una clase de danza gratuita cada tarde.
"Se convirtió en un oasis para los bailarines en Puerto Rico", expresó Andino. Pero Mauro Ballet aún enfrentó dificultades: la compañía de danza no generó ingresos durante 18 meses.
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