Era una hora extraña, las 10:45 de la mañana, para un combate extraordinario, pero hace 50 años las televisiones ya adaptaban los horarios de los grandes eventos a fuerza de millones. Y el tercer episodio de la lucha entre Muhamad Ali y Joe Frazier no merecía menos que un horario de máxima audiencia en Estados Unidos.
El 1 de octubre de 1975 con todo el mundo pendiente de ellos volvían a encontrarse dos de los mejores pesos pesados de la historia. Era la revancha definitiva . En el primer capítulo había ganado Frazier; en el segundo, sin ningún cinturón mundial en juego, la victoria fue para Ali. Otra vez, igual que en Ali-Foreman de Kinshasa, Don King , el promotor de los pelos de punta, había aprovechado el ego de un dictador para sacar unos cuantos millones de dólares de más. Ci