Que Donald Trump quiere huir de lo “woke” está claro desde el inicio de su mandato . Que se le está yendo la mano con la testosterona, también. En una reunión extraordinaria con los generales de mayor graduación del Ejército estadounidense, venidos de todos los rincones del planeta, el presidente de Estados Unidos y su secretario de Defensa, Pete Hegseth , se colocaron por encima de la lealtad a la Constitución y al país para defender una relación directa de fidelidad al Gobierno.

Ese camino, cuando se transita en un sentido, tiene difícil vuelta atrás.

“Si no me gustan, los despediré en el momento”, dijo Trump a las cámaras antes de entrar en la reunión celebrada en Quantico (Virginia), sede del Pentágono. Aunque el presidente estadounidense es el comandante en jefe de las F

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