Al final del verano, el Real Zaragoza ejecutó otra revolución en su plantilla. Los doce fichajes que formalizó bien merecen el uso de ese término. La prioridad de la SAD estuvo atrás, en la defensa y bajo palos: firmó dos nuevos porteros (Andrada y Adri Rodríguez) y cinco defensas (Insua, Tachi, Radovanovic, Pomares y Aguirregabiria), además de confirmar el regreso de Juan Sebastián al lateral derecho tras su cesión. Por delante, Akouokou apuntaló la consolidación de ese plan: el pivote defensivo era clave en el formato de plantilla y el nombre de Paul, prioritario.
La conclusión a la que los mandamases del club habían llegado era clara: el equipo se caía por su parte trasera y había que solidificar esos cimientos para poder construir algo de cierta fortaleza. Esa fue la principal l