Contaba Paula Ostiz a este diario, que tras el oro en el Mundial de ruta júnior de Kigali durmió de maravilla. “Dormí como una niña pequeña después de haber ganado el Mundial. Tenía mucho sueño”, dijo la navarra. Es necesario dormir bien para seguir soñando.
Porque la navarra es una mujer a un sueño pegada. Siempre tiene uno que conseguir. Doblado el maillot arcoíris en la maleta de la historia antes de exponerlo en un cuadro que le recuerde su hazaña en su casa, la iruindarra se presentó en Francia para hacerse con el maillot de campeona de Europa de crono .
Del arcoirís de Kigali a las estrellas de Étoile-sur-Rhône , donde se coronó por segunda vez consecutiva reina de Europa de contrarreloj. Nada se le resiste a la iruindarra, enfilada hacia la eternidad. Otra vez sintiendo el