PARÍS (EFE).—El féretro de la actriz Claudia Cardinale, fallecida la semana pasada a los 87 años, entró ayer entre aplausos y al son de “Jill”, la melodía que Ennio Morricone compuso para su personaje de “C’era una volta il West”’ (1968), en la iglesia de Saint-Roch de París, donde se celebró su funeral.
Hasta ese templo, situado en el corazón de la capital francesa y conocido como la parroquia de los artistas, se desplazaron figuras del mundo del espectáculo como Bernard Montiel, Catherine Jacob o Patrick Préjean, y personalidades como la ministra de Cultura francesa, Rachida Dati.
“De alguna manera forma parte de un cine que siempre será mirado como un momento de construcción del lenguaje, de construcción del cine”, explicó Claudia Squitieri, la hija de la legendaria actriz, a familia