Washington, D.C. — Sumido en un cierre gubernamental, Estados Unidos inicia un nuevo ciclo de incertidumbre luego de que el presidente Donald Trump y el Congreso no lograran un acuerdo para mantener en funcionamiento los programas y servicios federales antes de la fecha límite del miércoles.

Se estima que alrededor de 750,000 empleados federales serán suspendidos temporalmente, con la posibilidad de que algunos sean despedidos bajo la administración republicana de Trump. Muchas oficinas cerrarán sus puertas —quizás de manera permanente— en medio de una estrategia presidencial que promete “hacer cosas irreversibles, malas” como represalia política.

Entre los sectores más afectados están la educación, el medio ambiente y los servicios sociales, mientras que la agenda de deportaciones

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