Hace unos días, en distintas conversaciones resonaba un tema: la Mujer Dormida había despertado. No había certezas, sólo comentarios dispersos y una pregunta que nadie lograba responder con convicción. La curiosidad creció con rapidez: ¿qué logró lo que parecía imposible?

De la especulación a la certeza

Con el paso de los días surgieron todo tipo de hipótesis. Sin embargo, una idea empezó a tomar fuerza. La Mujer Dormida no abrió los ojos por casualidad: fue Nescafé Clásico quien la despertó con ese impulso silencioso que antecede al movimiento real.

Porque existe una diferencia profunda entre levantarse y despertar. Y en ese punto exacto —donde la energía se enciende y la voluntad se activa— Nescafé ha sido cómplice desde siempre.

Despertar lo indespertable

Para quienes enfrentan m

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