Un reciente estudio genómico reveló que la papa moderna podría tener un origen inesperado: todo indica que se originó hace entre ocho y nueve millones de años como resultado de una hibridación entre un ancestro del tomate y otra planta silvestre relacionada.
Los científicos analizaron genomas completos de diferentes especies del género Solanum , al que pertenecen tanto papas como tomates . Compararon secuencias de genes de seis especies de papa con otras 21 especies del mismo género, y también contrastaron 128 genomas para determinar relaciones genéticas más amplias.
El estudio sugiere que hubo un cruce genético entre el ancestro del tomate, que aportó el gen SP6A (que activa la formación de tubérculos), y una planta del grupo Etuberosum , que aportó otro gen llamado IT1