La noche en órbita apenas deja tregua. En órbita baja, la estación espacial Tiangong se convierte en escenario de una actividad constante que exige precisión milimétrica. En la última salida extravehicular , los astronautas chinos tuvieron que enfrentarse a un desafío que no proviene de fallos técnicos ni de experimentos científicos, sino de un enemigo silencioso que multiplica los riesgos de cada misión: la basura espacial que se acumula en la órbita baja terrestre y amenaza con golpear la estructura del complejo.
El cronograma de la Agencia de Vuelos Tripulados de China sitúa el inicio de la actividad extravehicular el 25 de septiembre a las 19:45 (hora de Pekín), con Wang Jie como primer astronauta en abandonar el módulo Wentian. Le siguió poco después Chen Zhongrui, encargado de