Está cansado de romper la barrera espacio-tiempo y, sin embargo, lo sigue haciendo. Cuando se sube en la bici de crono, con su pose aerodinámica, el reloj tiembla. Los segundos se acumulan rápido, pero Remco Evenepoel siempre gana la batalla. Ese hombre de 1,70 metros de estatura y contextura delgada, tiene piernas de acero. El ácido láctico que agobia los músculos producto del esfuerzo máximo, no amaina su rendimiento. Por el contrario lo impulsa.

Este miércoles, en la prueba contrarreloj del Campeonato Europeo de ciclismo que se realiza en Francia, el belga se quedó con el título tras detener el reloj en 28 minutos y 26 segundos. El registro, si se tiene en cuenta que el recorrido fue de 24 kilómetros y el pedalista al final tuvo viento en contra, es impresionante. Para dimensiona

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