La inteligencia a menudo se asocia con habilidades como la memoria, el análisis y el razonamiento; sin embargo, expertos coinciden en que la escucha activa es el rasgo más común entre quienes se destacan intelectualmente.

Escuchar activamente va más allá de simplemente prestar atención. Implica retener lo que se dice, relacionarlo con experiencias previas y esperar a que el interlocutor termine para hacer preguntas pertinentes. Esta práctica evidencia curiosidad genuina, empatía y capacidad reflexiva: tres componentes esenciales del pensamiento inteligente.

Quienes tienen esta habilidad suelen ser capaces de procesar la información de forma integral, no solo reaccionando al último comentario, sino construyendo sobre lo dicho, comprendiendo señales no verbales y manteniendo una conversa

See Full Page